El mes pasado comentaba cómo me había intrigado durante mucho tiempo el hecho de que, incluso hoy en día, la Brujería en Europa no esté muerta y, lo que es más, parezca estar experimentando un renacimiento, y cómo a fin de dedicarme a este tema había encargado a nuestro investigador favorito, W O G Loft, que nos redactase una artículo sobre los antecedentes; el cual espero ninguno de vosotros os hayáis perdido.
Al principio, planeaba escribir un segundo artículo yo mismo, el cual trataría sobre la realidad de la Brujería de hoy en día, de la mejor forma que posible sin recurrir a historias de prensa escabrosas o sensacionalistas, sino encontrando por mí mismo una verdadera bruja practicante que estuviese viva, y aprendiendo todo lo que fuese posible de primera mano. Sin embargo, como ya comenté el mes pasado, cuando finalmente llegué a contactar con una auténtica bruja, mi profesional y conciso plan profesional se desmoronó (como dirían ellos en el Arte) widdershins (en el sentido contrario a las agujas del reloj).
Su nombre es Eleanor Bone.
Ella no afirma ser «Reina de las Brujas» o «Suma Sacerdotisa de las brujas de Inglaterra» como algunos miembros de su hermandad con afán de publicidad han hecho en otras ocasiones; como ella misma explicará en breve, tales títulos son completamente exagerados, ya que todos los covens son completamente autónomos, y a pesar de que los miembros de uno pueden visitar a otros, no existe un parlamento central o autoridad única.
Sin embargo, durante la primera hora de nuestra primera reunión habló de forma tan relajada y confiada, y con extraordinaria erudición, que me di cuenta de que cualquiera cosa que consiguiese reunir en las notas que había empezado a tomar frenéticamente terminaría siendo sólo una parodia vacía de lo que ella tenía que decir. Cuando respondía a cualquier pregunta, la información brotaba de ella como si se tratase de una interminable fuente de conocimiento, y a al mismo tiempo, lo hacía con la espontaneidad y modestia de un doctor fuera de su consulta conversando sobre las bases de su especialidad con alguien a quien considera su igual intelectualmente, aunque en otro campo. Tratar de escribir una versión de segunda mano hubiese sido tan presuntuoso (y superfluo) como si hubiese entrevistado sobre la Relatividad a un Einsten elocuente, y hubiese insistido en escribir mi propio artículo, con todos sus errores potenciales, mucho después de haber descubierto que su propia conversación es mucho más clara e informativa que cualquier ensayo que hubiese podido basar en ella.
Por lo tanto, eventualmente acabé preguntando a la Sra. Bone si podría escribir ella misma el artículo. Y este (únicamente desprovisto de sus modestas disculpas por la falta de profesionalidad en su escrito) es el resultado.
Es posible que os interese saber cómo es conocer a una bruja de verdad. Esta tiene una estatura femenina totalmente corriente, entre lo que creo que serán 35 o 40 años. Lo único en ella que podrías percibir como parte del patrón tradicional de la bruja es su cabello negro y rebelde, y sus penetrantes ojos; pero creo que sólo te darías cuenta de ello después de que te hayan dicho que es una bruja y hayas comenzado a buscar indicios externos y, sinceramente, no puedo decir que los hubieses encontrado relevantes si simplemente te hubieses sentado a su lado en un autobús. En lo que respecta a lo mundano, posee y dirige una residencia de ancianos, a los que ella llama afectuosamente «bebés», que está registrada en el Ayuntamiento, el cual no es conocido por otorgar tales licencias a gestores a los que les falte un hervor; tiene un marido agradablemente convencional que no participa en la Brujería pero que tiene una amistosa tolerancia hacia sus actividades.
Se toma su religión (como veréis que la denomina ella) lo suficientemente en serio como para haber llamado «Witchwood» a su casa privada en el norte de Inglaterra. Y sin embargo, está tan lejos de ser una cascarrabias que hasta tiene el sentido del humor de enviar sus cartas personales en sobres impresos con el símbolo que incluimos aquí (ver imagen derecha), que es una representación de la antigua y legendaria imagen de la bruja que en su seriedad ella tanto reniega. Para algunos, esto debe de ser una paradoja incompresible. Para mí, es de sus declaraciones más firmes a una audiencia respetuosa. Ya que sólo la gente verdaderamente cuerda puede compartir un broma sobre sí mismos.
J.C.
¡Soy una bruja!
Esto no significa que lleve un sombrero de punto y vuele en una escoba con un gato negro en el sillín, ni tampoco realizo milagros agitando la mano o moviendo la mi nariz, como hacen los personajes de un programa de televisión.
Sé que esta es la imagen popular de las brujas; y que son asociadas con el mal en la mente de muchas personas.
Ésta ha sido la imagen creada para nosotros cuando éramos niños, cuando escuchábamos esos cuentos antes de irnos a dormir; cuentos que giraban en torno al hada buena que siempre conseguía sacar lo mejor de la bruja mala. Hemos leído sobre las tres Brujas en «Macbeth» y sus malévolos prodigios: feas y viejas brujas entonando extraños encantamientos mientras remueven el infesto brebaje de sus calderos. Más tarde aprendimos sobre las brujas de la Edad Media que fueron quemadas en la hoguera por su malicia y herejía.
Tan sólo hace unos años, la mayoría de la gente no creía que las brujas existiesen aún en el siglo veinte. De hecho, mucha gente no creía que hubiesen existido nunca más allá de los libros de cuentos.
Cuando la última Ley contra la Brujería fue derogada en Gran Bretaña en 1951, el completo secretismo que hasta entonces había sido esencial se volvió menos importante, y no paso mucho tiempo hasta que el público general llegara a saber de la existencia de covens de brujas entre ellos. Al principio la gente estaba horrorizada. Así como los cristianos fueron arrojados a los leones en la antigüedad, arrojar a las brujas a la prensa se convirtió en una forma más sutil de persecución para nuestra moderna era. ¡Y menudas fotos sensacionalistas sacaron de la nada! La Brujería se mezcló con Magia Negra, con insinuaciones sobre Misas Negras y «sacrificios sangrientos» para redondear la cosa (por no hablar de las orgías sexuales); una excelente entretenimiento para animar una aburrida tarde de domingo.
Siempre recordaré a una encantadora joven de veinte y pocos años que vino a verme. Me dijo que estaba muy interesada en la Brujería y deseosa de unirse al coven PERO que ¡no era capaz de cortar la garganta de una animal! La muchacha creía fervientemente que esto era parte del ritual y, por desgracia, también lo hacen muchas otras personas.
Durante los últimos años han aparecido artículos ocasionales en la prensa nacional sobre profanaciones de iglesias, perturbaciones de tumbas, cruces invertidas y gran cantidad de artículos similares. Cada vez que surge algo por el estilo, se sugiere el tema de la Brujería. Es tan fácil culpar a las brujas. Mi opinión personal es que muchos de estos acontecimientos son perpetrados por «brillantes» mentes jóvenes que tienen unas vidas un poco aburridas y han leído demasiado a Dennis Wheatley.
Últimamente se ha escrito y comentado mucho sobre las brujas y la brujería. Escritores, escépticos, «cazadores de brujas» modernos; incluso las propias brujas han compartido su punto de vista. Un caballero hizo que la brujería sonase como una forma de extorsión americana, mientras que otro sugirió que había sido «recopilada de las papeleras de las religiones del mundo». Nos han pintado muy, muy mal, y se ha insinuado que somos todas «personas inseguras, asustadas, fracasadas y pervertidas». Por otro lado, también nos han retratado de forma tan «ultra-blanca» que parece que acabásemos de salir de un anuncio del última detergente.
Por tanto, leí el artículo de W.G. Lofts con interés, esperando encontrar un nuevo enfoque en un tema viejo.
Sin embargo, parece que ha basado su artículo en presunciones de escritores de la Edad Media cuyos escritos reflejaban únicamente la propaganda que la Iglesia y el Estado hacían circular en su fanático intento de destruir la Antigua Religión. Si escarbamos en trabajos como Calendar of State Papers Domestic 1584; Complete History of Magick, Sorcery and Witchcraft 2 vol. Londres, 1838; Collections of rare and curious tracts relating to Witchcraft Londres, 1838; Confessions of Witches under Torture E. Goldsmid, Edinburgh 1886, y otros muchos que podría cita, por supuesto, podemos esperar encontrarnos con este tipo de fanatismo. En un caso de propaganda no pueden aceptarse las acusaciones al pie de la letra. Los incidentes se exageran y convierten en sucesos, los truhanes se convierten en héroes, y viceversa.
Los inquisidores lograron que quemasen a Juana de Arco como bruja. Podría haber sido una perfectamente (de hecho, su pseudónimo «La Poucelle», o «La Doncella», hace que sea bastante posible), pero esto fue simplemente una excusa para su ejecución, la razón era puramente política.
El Sr. Loft nos habla mucho sobre la persecución de las brujas en la Edad Media pero no nos da una verdadera explicación que resulte satisfactoria sobre por qué y cómo comenzó la persecución. Tiende a desdeñar la idea de que la brujería tuvo sus orígenes en la Antigua Religión.
También tiende a confundir brujería con magia ritual; un error bastante común que muchas personas laicas suelen cometer. Por ejemplo, menciona al Dr. John Lamb. Ahora bien, el Dr. Lamb fue el médico personal del Duque de Buckingham. Experimentó con magia ritual y alquimia (como también lo hizo el Dr. John Dee en el siglo XVI, el cual fue encarcelado por la Reina María I de Inglaterra, y que más tarde entablaría amistad con la Reina Isabel I de Inglaterra). Era un mago, no un brujo. Fue lapidado por una muchedumbre en 1640. El Rey Carlos I cabalgó personalmente para detener el disturbio. Sin embargo, llegó demasiado tarde. Multó a la Ciudad de Londres con 600 libras por no castigar a los cabecillas. Sin duda, una persona por la que intervino el mismo Rey, debía de ser muy apreciada en los círculos reales, y ciertamente, las brujas no calificaban lo suficientemente alto como para merecer esa atención.
Como señala el Sr. Loft, los juicios de brujería seguían un claro. Al parecer, consistían en una serie de preguntas capciosas que hoy en día jamás hubiesen sido permitidas en un tribunal. Después de que los acusados hubiesen estado sujetos a un trato despiadado y una buena dosis de lavado de cerebro, no resulta sorprendente que estuviesen de acuerdo con cualquier cosa que les hubiesen sugerido.
Creo que es bastante incorrecto decir que no existen registros de grandes juicios de brujería en Inglaterra que puedan compararse con los juicios de Salem. El juicio en masa de veinte brujas en 1612 se describe en un panfleto titulado The Wonderful Discoverie of Witches in the County of Lancaster por Thomas Potts (Londres, 1618), y las mismas brujas de Pendle fueron inmortalizadas por Harrison Ainsworth en su libro The Lancashire Witches. Incluso inspiraron una primera novel en 1951, Mist over Pendle, con la que su autor, Robert Neill, ganó su reputación.
El primer juicio destacable fue el de las brujas de Chelmsford en 1566. Después acontecieron los juicios de las brujas de St. Osyth (1582) y las brujas de Warboy (1589). El juicio de las brujas de Bury St. Edmunds en 1662 fue muy documentado y publicitado y, de hecho, fue este juicio el que influenció de forma considerable la conducta de los juicios de Salem.
Estoy bastante segura de que nunca se afirmó que las deformidades físicas fuesen una característica de todas las brujas. Se juzgó a muchas mujeres atractivas y de todas las edades. Por ejemplo Lady Alice Kyteler la primera bruja irlandesa en ser juzgada.
Este juicio fue instigado por el obispo Ledrede de Ossory, un franciscano entrenado en Francia. Sin duda alguna, fue allí donde aprendió sobre los juicios de brujería y trató de introducirlos en Irlanda. Dado que Lady Kyteler era la mujer más pudiente de Kilkenny, probablemente el motivo de atracción fue precisamente su riqueza, ya que la convicción por herejía implicaba la confiscación del patrimonio. Ella desafió al obispo, el cual la excomulgó. Sin embargo, Lady Kyteler encarceló al obispo, y eventualmente el asunto se arregló con Lady Kyteler triunfante.
En lo que respecta a la brujería de hoy en día, el Sr. Loft parece algo indeciso consigo mismo, su información parece cosechada de artículos de periódicos, e incluso en esos casos, no siempre de forma correcta.
En primer lugar, el difunto Gerald Gardner no afirmo que «había brujas suficientes como para traer la paz mundial». Las palabras exactas, usadas por una joven Suma Sacerdotisa británica en 1958, fueron estas: «SI hubiese suficientes brujas blancas, podrían traer la paz al mundo».
Del mismo modo, el Witches Mill en Castletown, Isla de Man, no es el único museo de magia y brujería en el mundo. Hasta hace pocas semanas había otro en Bourton on the Water, Gloucestershire y hay otro en Boscastle, cerca de Tintagel.
He de decir que una cita de Edgar Allan Poe no habría sido mi forma de cerrar un artículo si tuviese la intención de convencer a alguien. La mayoría de personas conocen muy poco de su obra; creo que es bastante más conocido por su macabros escritos, que parecen haber sido inspirados por una extraña y mórbida, aunque fascinante, imaginación. Aunque su carácter no era tan negro como lo pintó su primer biógrafo, Rufus Griswold, tampoco era muy bueno. Falleció en una residencia como resultado de una borrachera. Siempre he pensado que podría haber sido esquizofrénico y creo que El Cuervo indica esta ruptura de personalidad, quizás mas que cualquiera de sus otras obras. Esta cita en particular fue tomada de El Cuervo. En cualquiera caso, las citas que son tomadas fuera de contexto no prueban nada, aunque se consiga un punto de drama.
Entonces ¿cuál es la verdad sobre nosotras, las brujas que vivimos hoy en día?
Para encontrar el origen de la brujería debemos remontarnos a la época pre-Cristiana. La palabra bruja deriva de la palabra anglosajona wicca que significa «sabio». Las brujas eran el sacerdocio de la Antigua Religión, la cual era una combinación del culto al sol y a la luna; ciertamente, abrazaba todas las facetas de la naturaleza. En mucho cultos antiguos era costumbre mantener en secreto los ritos del sacerdocio, y este es uno de los motivos que dan lugar al secretismo en torno a los ritos de las brujas incluso a día de hoy. Era a las brujas a quienes acudía la gente común cuando necesitaba consejo. Eran habilidosas en el conocimiento de las plantas o el arte del «wort-cunning» (que es el antiguo nombre anglosajón que se daba a los remedios herbales), así que curaban a gente enferma y animales enfermos, y ayudaban y aconsejaban de diversas formas. Siempre he creído que también debieron de haber sido muy buenas psicólogas.
En una comunidad de pastores, la fertilidad de los hombres, los animales y las cosechas, era de vital importancia. Los ritos realizados por las brujas eran usados para lograr estos objetivos. Creían que, si querían que los dioses les ayudasen, debían de ayudar a los dioses. Una idea muy sensata si nos ponemos a pensarlo; después de todo, no podemos esperar que la vida nos de nada a no ser que pongamos de nuestra parte. Debemos de recordar que estos ritos y sacrificios no eran parte de la filosofía; eran una forma de magia simpática. A medida que el sacerdocio creció, también lo hizo el número de ritos. ¿No es esto algo común de los sacerdocios en todas partes? Muy a menudo el dogma, el cual tiende a ser generalmente absurdo, se vuelve tan importante que la enseñanza original casi se pierde de vista. Esto parece suceder en cada religión: realza la importancia del sacerdocio y lo hace indispensable.
Es en estos ritos donde encontramos el origen de la historia del palo de escoba. Las brujas solían bailar por los campos montando en sus escobas. Creían que cuanto más alto saltasen, más altas crecerían las cosechas. Con el paso del tiempo se exageró la historia, de modo que llegó a decirse que ¡habían volado por el aire! Del mismo modo, cuando querían conseguir fertilidad para los animales, se vestían con pieles y máscaras, e imitaba las acciones de los animales para los que deseaban la fertilidad; una forma de magia simpática. Este bien podría haber sido el origen de la superstición sobre el poder de las brujas para convertirse en animales a voluntad.
La Antigua Religión era una religión sencilla; creencias sencillas para gente sencilla. Celebraban a un Dios y una Diosa, el Dios era equiparado al sol, y la Diosa a la luna o la Madre Tierra. Estas deidades fueron conocidas por muchos nombres, en muchas partes del mundo, a lo largo de las eras.
No es hasta la Edad Media cuando comenzamos a escuchar hablar del Coven compuesto por doce personas y un líder. Esto no significa necesariamente que no existiesen, tan sólo que no había registros sobre su existencia.
Idries Shah Sayed, en su libro The Sufi, plantea la teoría de que lo anterior se debe a la influencia sarracena. Estemos o no de acuerdo con él, creo que es una teoría que debe de ser examinada.
En el siglo IX Abyu el Atcahia fundó la escuela de místicos Aniza. Tras su muerte, un grupo de esta escuela migró a España, la cual había estado bajo el reinado de los árabes durante más de un siglo para aquel entonces. Esta escisión bereber era conocida como «the Two Horned» (de Dos Astas, o Doble Astado). Adoptaron a la cabra como símbolo, que estaba relacionada con el nombre tribal Anz, Aniza. Una antorcha colocada entre los cuernos simbolizaba la iluminación del intelecto del maestro Aniza.
Observemos algunas de las similitudes entre esta gente y las brujas.
Ambos usan el término «Antigua Religión» o «Tradición Ancestral».
Las brujas se refieren a sus deidades como «Los Antiguos»; la deidad de los sufíes es «el Antiguo». El cuchillo de mango negro de las brujas es el athame; el cuchillo ritual sufí es el adh-hame. La palabra Sabbat podría haber derivado de az-zabat, el «acontecimiento enérgico». El santo patrón de los sufíes es khidr, el Verde, mientras que el Hombre Verde siempre ha estado asociado con las brujas. Aunque estas similitudes no constituyen un prueba, si apoyan la hipótesis. Sabemos que la cabra se llegó a identificar con el Diablo en España, y justo al mismo tiempo, la figura del Diablo pasó de repente a tener dos cuernos y una cola en este país.
La supervivencia de la antigua religión pre-cristiana podría haber sido fortalecida enormemente por la importación del culto sarraceno y, por tanto, haber causado miedo y recelo en la Iglesia de la Edad Media. La nueva religión aún no era lo suficientemente antigua o estaba lo suficientemente establecida como para sentirse completamente segura.
Como en el pasado, un culto absorbió las creencias y rituales de otros cultos; y así absorbió la iglesia muchas de las teogonías solares y lunares de la Antigua Religión. Del esta misma forma la Diosa Madre Bride fue canonizada como santa cristiana con motivos proselitistas.
Ha de recordarse que al principio, el cristianismo fue traído a Inglaterra por extranjeros. Agustín era italiano, y en el siglo VII la Iglesia de aquí estaba organizada por Teodoro de Tarso, con la ayuda de Hadrian el Negro. Durante varios siglos el influjo de paganos sobrepasaba considerablemente el pequeño número de inmigrantes cristianos. Cuando Guillermo el Conquistador derrotó a Haroldo, a pesar de considerarse así mismo como cristiano profeso, la mayoría de la población era pagana. Incluso los sacerdotes a menudo servían tanto a los Antiguos Dioses como al dios cristiano. Se encuentra documentado que en 1282 el sacerdote de Inverkeithing dirigió una danza de fertilidad alrededor del patio de la iglesia, lo cual causó que su Obispo le regañase severamente.
En el siglo XIII, la brujería fue declarada como sectaria y herética, pero no fue hasta el siglo XIV cuando las dos religiones llegaron a enfrentarse realmente. La batalla se propagó a lo largo de los siglos XVI y XVII; los paganos lucharon con valentía, pero perdieron la batalla. En este país, el tratamiento ejercido fue considerado más indulgente que en algunos países europeos, en los que miles de personas fueron arrojadas a las llamas. A pesar de ello, se aferraron a su fe, sufrieron y murieron en agonía, en lugar de renunciar a sus antiguos dioses. Creían que, en el caso de ser quemadas, se convertirían en victimas expiatorias, y de esta forma servirían a sus dioses en su lucha contra el mal, y también asegurarían la fertilidad de la comunidad. Creo que pueden considerarse inspiradoras por su integridad de propósito.
Ahora bien, por mucho que una gran mayoría de personas intente aniquilar algo que no aprueba, y especialmente algo que teme, siempre habrá un pequeño grupo de fieles adherentes que se aferrarán firmemente a sus creencias y las infundirán en que aquellos que quieran escuchar. Así ha sido con la Antigua Religión.
A través de los años se han transmitido las creencias, así como la mayoría de rituales, de tal forma que hoy en día aún podemos celebrar nuestras reuniones y practicar nuestros ritos como lo hacían nuestros ancestros.
Sin lugar a dudas, la religión es un constructo humano, confeccionada para ajustarse a un entorno y una época en particular. Aunque como niña fui bautizada en la Iglesia, y asistía a la Iglesia y la escuela dominical regularmente, me di cuenta a temprana edad de que esta religión no era para mí. Siendo hija única, pasé gran cantidad de tiempo leyendo. Disfrutaba leyendo libros sobre diosas y dioses antiguos; la religión de los antiguos egipcios y griegos; los celtas, los nórdicos y los fenicios. Encontré el mismo patrón en todas estas religiones: la veneración de una gran Fuerza Vital. Esto me atrajo. Sentí que esto era algo que entendía, algo en lo que realmente podría creer, parecía casi familiar; puede que el eco de algo que había conocido hace mucho tiempo. Me sentía más cerca del corazón de las cosas en espacios abiertos, en bosques, en colinas, cerca del agua corriente, de lo que me había sentido dentro de las cuatro paredes de ninguna iglesia. A medida que crecí, este sentimiento fue aumentando; de forma inconsciente, estaba buscando a personas que se sintiesen como yo.
Durante el comienzo de la guerra me encontraba viviendo y trabajando en Cumberland. Me hice amiga de una compañera de trabajo. Era una persona muy simpática y comprensiva, y los fines de semana nos íbamos a menudo a dar largos paseos por el campo. Una tarde, estábamos sentadas al lado del río y me vi a mí misma hablándole de mis pensamientos y creencias. Ella se mostró muy interesada y me sugirió que conociese a unos amigos suyos que sentirían simpatía por mis ideas. Con el tiempo llegué a conocerlos y me convertí en una visitante regular de su casa. Ciertamente, teníamos muchas cosas en común y no tardé en darme cuenta de que finalmente había conocido a personas que compartían mis creencias. He de aclarar que hasta entonces nunca había usado la etiqueta «bruja» para referirme a mí misma. Me consideraba simplemente pagana, alguien que venera a la naturaleza; me negaba a creer que el Gran Pan hubiese muerto…
Entonces, una noche, Mary habló conmigo y me dijo que ella y su marido ya estaban bastante seguros de que era «uno de ellos». Continuó explicándome que eran miembros de un Coven de brujas…¡brujas! Por un momento el tiempo pareció detenerse…y entonces: supe que esta era justo la respuesta. La última y escurridiza pieza del rompecabezas había sido colocada en su lugar y la imagen estaba completa. En aquel momento vi claramente cómo aquello a lo que las brujas de la Edad Media habían adorado no era el Diablo; era el antiguo Dios Astado. El Gran Pan no estaba muerto, y nunca lo estaría…
En la siguiente reunión del coven fui iniciada y admitida en el Círculo. Estoy atada por un juramento de secreto a no revelar los secretos del Arte, así que no puedo deciros mucho sobre la iniciación. Está tan vívida en mi mente en este momento como lo estaba hace veinticinco años.
Era una noche despejada, iluminada por la luz de la luna. Colocaron un collar alrededor de mi cuello. Me ataron con cuerdas y me vendaron, y después me envolvieron en una tosca capa de lana y me condujeron a través del jardín hasta el bosque en el que celebraban sus reuniones en noches de buen tiempo. Podía sentir el rocío en mis pies desnudos, podía oler la hierba y las hojas y las flores; todos mis sentidos parecieron aumentar. De repente, nos detuvimos, y las manos amigables que me había estado guiando ya no estaban allí. Me encontraba de pie, vendada, atada, indefensa y sola; oh, tan sola…Era una sensación tan inquietante. Me sentía completamente desorientada, casi en pánico. ¿Dónde estaban los demás? Una ramita crujió; tan solo era un pequeño animal moviéndose en un matorral, pero fue alarmante para mi. En algún lugar, un perro comenzó a ladrar. El tiempo de espera no debió de ser más de unos minutos, pero parecían haber sido siglos. Entonces, de repente, me despojaron de la capa y tirité al sentir el aire fresco de la noche sobre mi cuerpo.
«Oh tú, que te hallas en el umbral entre el placentero mundo de los hombres y los temidos dominios de los Señores de los Espacios Exteriores, ¿tienes el coraje pasar la prueba? Pues en verdad te digo que sería mejor lanzarte sobre mi hoja y perecer, que intentarlo con miedo en tu corazón.»
Sentí la presión del frio acero sobre mi pecho, mi corazón latía como loco, me sentí casi sofocada, y entonces, unos fuertes brazos me arrastraron dentro del circulo; y la iniciación prosiguió.
Una vez tomado mi juramento, me retiraron las venda y las cuerdas, y fui recibida por el resto de brujas. Después me uní a la Danza del Encuentro, comenzando lentamente y después aumentado a mayor y mayor velocidad, hasta el punto en que parecía que mis pies apenas tocaban el suelo; y el sentimiento de euforia era indescriptible.
Sé que el hecho de que no llevemos ropa durante nuestra reuniones se ha convertido en un asunto bastante moral con nuestros detractores. Me gustaría señalar que la desnudez no tiene absolutamente nada que ver con la moralidad o inmoralidad de un individuo. La gente puede ser inmoral sin quitarse una sola prenda.
En ocasiones la gente me pregunta si sentí vergüenza en mi primer ritual desnuda. Sé que a veces es un poco difícil estar completamente seguros de nuestras reacciones en ciertas situaciones cuando las miramos en retrospectiva años después, pero creo que puedo decir con bastante sinceridad que «NO» fue así. En el Círculo la importancia de los cuerpos parece pasar a un segundo lugar: la atmósfera es más espiritual. Esto no es sólo mi experiencia personal: he escuchado a muchas personas que afirman lo mismo, algunas de ellas creían previamente que la desnudez iba a ser una dura experiencia por sí misma. Durante los último años he formado parte del movimiento naturista, al igual que muchas amigas brujas. Sin embargo, no todas las brujas lo encuentran atractivo. A mi me resulta bastante relajante: es como si al desprenderse de la ropa uno se desprendiese también de todos los problemas y preocupaciones diarios. Estos es puramente psicológico, y probablemente no tenga el mismo efecto en todo el mundo.
Suelo recibir muchas cartas y reunirme con muchas personas que tienen un deseo apremiante por convertirse en brujas. Algunas de ellas son simplemente curiosas, a otras, sin duda, les gustaría unirse para «pasar un buen rato»; estoy segura de que estos último se desilusionarían bastante si llegase a ser iniciados. Hay personas que sabemos de forma instintiva que son «adecuadas» para nosotros; aún y todo, no las aceptamos en el Círculo inmediatamente. No buscamos convertir a nadie; las personas que realmente pertenecen aquí, encontrarán su camino hasta nosotros, del mismo modo que llegué a encontrarlo yo.
Las brujas ¿nacen como tales? Considero que es algo que hay pensar bien. Supongo que lo sí. Esto no implica necesariamente que alguno de sus padres o abuelos fuesen brujos o brujas; pero con toda probabilidad, si pudiesen ir hacia atrás lo suficiente, encontraría sangre de bruja en su familia. Creo que sin duda nacen con cierto sentimiento sobre todo ello, el cual se desarrolla con más fuerza si se le da una oportunidad. He de admitir que soy muy recelosa cuando recibo cartas que cuentan: «Soy una bruja, mi abuela era una bruja, me inició cuando tenía siete años». Si lo hizo, entonces no era una mujer tan «sabia» como debería de haber sido. A menudo, me entra algo de temor, esas cartas las escriben o bien excéntricos o petulantes.
Desafortunadamente, hay demasiados como ellos, y probablemente sea este tipo de personas a las que el Sr. Lofts se refiere cuando menciona a personas con «afán de publicidad». Las brujas reales no buscan publicidad; ellas son buscadas.
Durante los últimos años ha comenzado a aparecer de la nada una nueva frase: «Reina de las Brujas» o «Rey de las Brujas». Esto tiende a ser bastante engañoso ya que surgen nuevas personas, una detrás de otra, haciendo estas arrolladoras afirmaciones. Pues bien, me gustaría dejar algo bien claro: estas personas sólo son autodenominadas; nunca ha habido ni habrá un Rey o Reina de las Brujas. Creo que es bastante probable que estas personas hayan leído algún libro de la ya fallecida Dra. Margaret Murray en el que hace referencia a la «Reine du Sabbat» (Reina del Sabbat) lo cual, por supuesto, hace referencia a la Doncella o la Suma Sacerdotisa del Coven que preside durante el Sabbat.
¿Por qué hacen esto? Es para crear una impresión que normalmente contraviene a su objetivo, ya que a menudo la impresión generada no es buena, y tiende a presentar al público esta imagen tan extraña de la brujería.
El motivo por el que la mujer dirige el coven es bastante obvio. Se debe a que originalmente era un culto matriarcal, y en aquel entonces (la Edad de piedra tardía, antes de la institución de la paternidad y el matrimonio) la mujer no era considerada inferior al hombre.
Ya que estoy desmontando mitos modernos sobre la brujería, no puedo dejar de lado la historia de la «boda bruja». No hace mucho vi una foto en un periódico y leí la descripción de lo que denominaban una «boda bruja». Pues bien, no era más que una versión de la «unión de manos» escocesa y romaní, con un poco (demasiado) de palabrería adicional aquí y allá. Afirmaban que los participantes habían declarado que al pasar por esta ceremonia ya no había necesidad de una boca civil. Como la mujer tenía veintiún años y el hombre le doblaba la edad, hubo una gran cantidad de críticas.
Como no existe tal ceremonia en los rituales de las brujas, y todo sonaba bastante tonto y ruin, conduje 180km. con el objetivo de enfrentarme al supuesto «brujo» responsable. Después de rastreare y dejarle bien claro lo que pensaba de él, llego a la conclusión de que a mí no podía engañarme. Admitió que lo había escenificado para mostrar «como sería una vida de brujas si hubiese existido tal cosa». Además me di cuenta de que, fuera lo que fuese lo que practicaba, no era auténtica brujería. Era una extraña mezcla de magia egipcia y cabalística recabada de libros y con algunas invenciones propias. Me enseñó lo que el llamaba «anillo de bruja» (¡la cantidad de «anillos de bruja» que he visto hasta día de hoy! La mayoría de ellos rarezas compradas por un par de chelines en la calle Portobello, o en algún lugar del estilo, o confeccionadas por alguien que está preparado para proveer «objetos rituales» a precios fantásticos; algunos de ellos eran bastante valiosos y atractivos, pero sin propiedades ocultas de ningún tipo).
En un caso mas reciente, un joven que sentía que la fe cristiana «le había defraudado» ofreció una entrevista a un periodista. Había estado rezando para que su madre sobreviviese y, cuando esta murió, decidió que dios no era bueno y que se convertiría en un adorador del diablo. Bueno, si le hace feliz, es cosa suya; pero no acabó ahí. Continuó diciendo que «en la brujería se le rinde humilde homenaje a Satanás». También anunció sus planes de comenzar un coven de brujas. Obviamente, era un joven muy confundido, y personalmente creo que merece que se compadezcan de él, pero es gente como esta la que desprestigia al Arte.
Otro artículo en un periódico estaba encabezado con letras mayúsculas y en negrita: BRUJERÍA – LA HISTORIA DEL TRIBUNAL DE LOS HECHIZOS MÁGICOS DE UNA MUJER DE COLOR. Era una relato de un caso de asesinato, y se menciona que una persona fue colocada dentro de una nuez invisible que volaba sobre ríos. Después de obligarme a leerme todo el artículo, llegué a la conclusión de que CHALADO (juego de palabras: «nuts» en inglés) era la palabra clave.
Sí que considero que mucha gente es pagana sin llegar a ser brujas o brujos, de la misma manera en que muchas personas son cristianas sin ser sacerdotes; y estas personas pueden ser de gran valía para el Arte. No hace mucho recibí una ceremonia que parece haber originado en la Edad Media, con el objetivo de introducir a personas al Arte sin introducirlas dentro del Círculo, de forma que pudiesen asistir a una reunión, presenciarla, y unirse para el festín y la Danza del Encuentro al final. Aunque aún no lo he usado, tengo la esperanza de que en el futuro podamos incorporarlo a nuestros ritos.
Puede que uno de los mayores objetos de atracción que tiene el Arte para mucha personas sea que, a pesar de ser una religión, no es rígida ni está repleta de dogmas. Hoy en día nuestras creencias han adoptado un aspecto bastante diferente. A pesar de que observamos los tradicionales «Dios y Diosa», no los contemplamos como personalidades. Los consideramos personificaciones de los aspectos masculino y femenino de la Fuente Vital; positivo y negativo, si lo prefieres. No tenemos libros de texto impresos que nos digan qué podemos hacer y que no. Cada Coven es autónomo, y aunque los principios fundamentales son los mismos, los ritos pueden ser muy diferentes en diversos covens, tal y como lo eran en épocas pasadas.
En la Edad Media, se enseñaba a las brujas que debían de mantener un libro escrito «de su puño y letra». En momentos de peligro, este era destruido. Esta tradición ha sido mantenida hasta el día de hoy. Este libro es conocido como «El Libro de las Sombras». En él escribimos los rituales que usamos en varias ocasiones, cantos, rituales de iniciación, antiguas recetas herbales, y cosas por el estilo; en ocasiones, cuando realizamos investigaciones, nos encontramos con fragmentos que añadimos a este.
En la época de persecución las brujas tendían a prescindir de sus libros y, en lugar de ello, transmitían las cosas oralmente, como medida de seguridad. Lamentablemente, esto significaba que a través de unos cuantos siglos, ciertas cosas eran alteradas, y otras se perdían; de modo que estamos continuamente buscando piezas y fragmentos que añadir a nuestro conocimiento.
Celebramos trece reuniones al año, una cada mes lunar, lo más cerca posible de la luna llena. Contemplamos los cuatro Sabbats mayores: Beltane (Víspera de Mayo), Lammas (Víspera de Agosto), Halloween (Víspera de Noviembre), y la Candelaria (Víspera de Febrero); los cuales han sido celebrados desde los primeros comienzos. En aquellos tiempos Halloween era denominado Samhuin, que significa «Fin del Verano» (en aquella época sólo había dos estaciones: verano e invierno). El día de la Candelaria era conocido como el festival de Feil-Bride en honor a la Diosa Brígida. Era una diosa venerada por la gran tribu de los brigantes, que ocupaban la mayor parte del norte de Inglaterra en aquel entonces.
Preferimos celebrar nuestras reuniones en el exterior cuando es posible; lamentablemente no siempre es posible con un clima tan impredecible. Nuestra reunión de la Víspera de Pleno Verano siempre tiene lugar en el exteriores. Esta es una de las reuniones a las que permitimos asistir a simpatizantes.
En primer lugar la Suma Sacerdotisa forma el Círculo con el athame (un cuchillo de mango negro), después invoca a los cuatro cuartos para que protejan el Círculo. Se enciende una hoguera en el centro del Círculo y el caldero, lleno de agua y decorado con flores de verano, se coloca en el Este. Las brujas se colocan alrededor del círculo mientras la Suma Sacerdotisa invoca el Sol. Después la Suma Sacerdotisa invita a la brujas a: «Danzar alrededor del Caldero de Cerridwen» (Cerridwen era un antiguo nombre galés para la Diosa Madre, y su caldero se usa para representar el sagrado grial de la inmortalidad). Danzan y cantan, ganando mayor velocidad. Entonces, liderados por la Suma Sacerdotisa y el Sumos Sacerdote, saltan por encima del fuego en parejas. Esto se hacer para estimular las fuerza dadoras de vida del Sol al comienzo de su curso de declive.
Cada reunión finaliza con la ceremonia de vinos y pasteles. Algunas personas han sugerido que esto es una parodia del Sacramento; por supuesto, es totalmente incorrecto. Es simplemente un rito para dar las gracias al maíz y las uvas que han madurado para poder ofrecer alimento y bebida.
En cada una de las reuniones realizamos trabajos para personas. A veces sanación, otras veces les ayudamos a solucionar sus problemas domésticos; la gente viene a pedir nuestra ayuda por toda clase de motivos. Hacemos lo que podemos para ayudarles. Por supuesto, hay ocasiones en las que no lo hacemos, como en el caso de la mujer que creía que sería genial y muy útil si pudiésemos deshacernos de su indeseado marido. Diría que tenemos más éxitos que fracasos. Si eres escéptico, puedes llamarlo «coincidencia»; de una forma u otra, sucede, como bien puede testificar mucha gente.
Nuevamente, cada coven tiene una forma diferente de trabajar. A nosotros siempre nos ha resultado muy satisfactorio bailar y cantar. En ocasiones usamos imágenes de cera. Mucha gente piensa en las imágenes de cera únicamente como algo en lo que clavar alfileres para causar enfermedades o la muerte (De nuevo ¡por culpa de todos esos libros de «antigua magia negra»!) así que, sin duda, les sorprenderá saber que las imágenes de cera también pueden usarse con fines sanadores. Creamos una imagen de cera de abejas pura, una persona se arrodilla en el centro del Círculo y masajea la zona afectada mientras el resto del Coven baila alrededor cantando.
No consideremos que haya nada sobrenatural en nuestros poderes. El poder emana de nuestro interior, de la voluntad, de la mente y el espíritu, y puede ser conectado a símbolos externos. Los implementos, las palabras, los símbolos y hechizos, son nuestras herramientas de trabajo; pero la mente es la más importante de ellas.
Parece existir un malentendido sobre el hecho de que una bruja no pueden trabajar en solitario. Esto es incorrecto: por supuesto que una bruja puede trabajar en solitario; algunas de nosotros lo hacemos bastante a menudo.
Con frecuencia, la gente me pregunta la diferencia entre la Magia Blanca y la Magia Negra. La magia es magia; no es ni blanca ni negra. Os pondré un analogía muy sencilla. Una persona puede coger un cuchillo de trinchar y cortar un asado para alimentar a la familia; otra persona puede coger el mismo cuchillo y apuñalar a alguien. No es el cuchillo el que es malo o bueno, sino el usuario. Lo mismo sucede con la Magia. La fuerza en sí misma es neutral. No hay nada bueno o malo, pero pensarlo, lo hace así. La mente del hombre es un receptor y un transmisor, y la personalidad del usuario influencia la transmisión. Por tanto, sí sería correcto hablar de brujas blanca y brujas negras.
La brujas negras son las que trabajan en contra de la gente, su trabajo está orientado a fines malignos, mientras que las brujas blancas trabajan para ayudar a otros y hacer el bien. Cuando las brujas blancas trabajan en un círculo, siempre se mueven en el sentido de las agujas del reloj (deosil); el sentido del sol. Las brujas negras trabajan en la dirección opuesta (denominada widdershins). Las brujas blancas trabajan cuando la luna está llena o creciente, las brujas negras cuando está menguando. Para resumirlo de forma muy simple: las brujas blancas trabajan de forma constructiva, las brujas negras de forma destructiva.
En estos tiempos modernos la gente se ha vuelto cada vez más materialista. Tendemos a depender mucho de las enseñanzas de la ciencia, y a descartar con excesiva rapidez las ideas y enseñanzas de los antiguos, las cuales han sido conocidas y aceptadas por las civilizaciones orientales durante miles de años.
Saber, atreverse, desear ¡y permanecer en silencio! Este ha sido el código de las brujas. Sin embargo, llega un momento en el que es necesario romper el silencio; en el que sólo contándole al mundo sobre nosotros, nuestras creencias e intenciones, podremos ser aceptados y conseguir que se nos deje en paz, practicando nuestra fe a nuestra manera. Todo cuanto pedimos es que la gente respete nuestras creencias de la misma forma en la que nosotros respetamos las de otros. Algunas persona se reirán de nosotros, y pensarán que somos bastante raros. Esto no nos molesta en absoluto porque, después de todo, algo que no puede lidiar con la risa, no merece ser considerado sagrado.
Nuestras reuniones no son algo solemne, que celebremos con caras serias. Son alegres y felices, y llenas de la alegría de vivir. Cuando acaban nos sentimos animados, emocionados y satisfechos.
Han pasado veinticinco años desde que fui aceptada en el Arte. He sido una Suma Sacerdotisa durante los últimos cuatro años. En ocasiones me preguntan cuáles son los requisitos para convertirse en una.
Supongo que una comprensión de la gente, ser capaz de ayudarles con sus problemas, de inspirarles confianza de modo que puedan hablar con libertad, sabiendo que su confianza será respetada. Ser capaz de sacar a relucir el poder que hay dentro de otros, y animarles a usarlo de forma correcta. Todas estas cosas vienen sólo de la experiencia de vivir, y es por ello que las Sumas Sacerdotisas no son chicas jóvenes, sino mujeres que se han graduado en la Universidad de la Vida.
Esta importante posición es tanto una responsabilidad como un placer. No debemos dejar que nuble nuestra visión, ni tampoco que apague nuestra pasión. Debemos de estar preparados para transmitirla a algunos miembros más que estén a la altura de ella. Esta «propiedad» temporal nos salva del orgullo, ya que del orgullo nace la envidia, la cual puede ser peligrosa. Hay cierto sentido del logro que sí es bueno, el sentido del trabajo individual bien hecho, lo cual es bueno.
Mientras mantenga mi posición haré todo lo que pueda, con júbilo, sabiendo que he jugado mi papel, he hecho mi parte; que he realizado el ritual como vínculo en la continuidad del Arte del Sabio. Pues ese es el verdadero significado de la palabra.
Benditos seáis.
Eleanor Bone
The Saint Magazine, Mayo 1967
Páginas 75-92
2 comentarios
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Hermoso artículo. Destaco interesante la parte histórica del origen de la brujería. Gracias. ♥