Se cumplen aproximadamente cinco años desde que escribí la primera parte de «El Sendero del Buscador»; desde entonces el artículo se ha traducido al polaco, alemán, portugués e inglés. El tono de este artículo era eminentemente poético, y no tenía ninguna moraleja particular. Lo concebí con la intención de que sirviese de faro para aquellos que transitan el Sendero del Buscador; algo con lo que pudiesen identificarse en el mar de confusión y frustración que a menudo acompaña esta particular travesía.
Poco después de publicarlo, comenzaron a surgir ideas que me habría gustado incluir en él: consejos prácticos, y esos pequeños detalles que apenas son visibles al Buscador cuando transita este sendero hacia el Arte, pero que son de gran importancia para aquellos que le observan.
El Arte, especialmente el Arte Gardneriano, aunque de naturaleza orgánica (y muy británica), tiene innumerables reglas no escritas, mensajes entre líneas, que los Buscadores tienden a pasar por alto. Si a esto añadimos la característica descentralización, la tarea del buscador se convierte en una tarea titánica.
No existe ningún manual o reglamento que pueda decirle a un Buscador cómo buscar. Sin embargo, sí existen principios o aspectos que, aquellos que custodian el umbral de esta tradición mágica, tienen particularmente en cuenta.
Thorn Mooney, en su libro Traditional Wicca: A Seeker´s Handbook, ha representado algunos de estos aspectos de forma maravillosa. Fue después de leer este libro, y encontrar en él algunos de los estos aspectos que yo mismo considero esenciales, cuando decidí que era hora de escribir la segunda parte de este artículo; y añadir mis propios aspectos.
Estos principios variarán enormemente dependiendo de lo que el grupo en particular busque en un Buscador, o la experiencia de ese grupo. Los puntos o aspectos que menciono a continuación son aquellos que son relevantes para mí en este momento, basándome en mi propia experiencia. Si me preguntáis mañana, es posible que hayan variado.
Estos son los principios o aspectos que, por encimar de cualquier otro, desearía que los Buscadores con los que me encuentro, tuviesen en cuenta.
Sé honesto
Se puede decir mucho sobre la honestidad; y puede parece un requisito extremadamente obvio para cualquier tipo de interacción social significativa. Sin embargo, este principio no trata tanto de que seas honesto conmigo, sino de que seas honesto contigo mismo.
No se trata de mentir a la hora de comunicarte conmigo; sino de haber hecho los deberes, y saber, sentir, que lo que «piensas» o «crees» está totalmente alineado en tu interior.
Incluso para aquellos que conciben la honestidad como un valor de suma importancia, puede resultar todo un reto ser completamente honestos sobre lo que realmente quieren; teniendo en cuenta todos los altibajos característicos de este sendero que abarcábamos en la primera parte de este artículo.
Ten en cuenta lo siguiente: yo he pasado por lo mismo; todos lo hemos hecho. Y lo más probable es que, cuando respondas a una pregunta tan simple como «¿Qué es lo que te atrae al Arte Gardneriano?», sepa inmediatamente si estás respondiendo lo que crees que yo quiero oír; o simplemente reproduciendo un discurso que has creado en tu mente y has empezado a creerte.
No me malinterpretes: es una pregunta extremadamente difícil. «¿Cómo voy a saber qué es lo que me atrae a un sendero que se supone es mistérico?».
He aquí el primer quid de la cuestión: no se trata de la respuesta. Prefiero que me digas «Sinceramente, no tengo ni idea», o que empieces a soltar un batiburrillo de sentimientos y pensamientos inconexos, sobre curiosidad; secretos; prestigio; la fascinación por esas fotografías de los años 60 con brujas desnudas danzando bajo la luz de las velas, a que me respondas con una respuestas intelectual o ensayada que ambos sabemos no está en sintonía con tus verdaderos sentimientos.
Si vienes diciéndome que «ser Gardneriano es el sueño de tu vida», o que «simplemente te gusta mucho lo tradicional; todas las cosas tradicionales son maravillosas», mi cerebro se va desconectar inmediatamente y dejar de procesar lo que sea que venga después. Por una simple cuestión, y es que, si no puedes ser honesto contigo mismo, no vas a poder ser honesto conmigo; y ese es el primer paso para generar confianza.
Una de las primeras tareas en el entrenamiento pre-iniciación que suelo ofrecer, es un ejercicio de autoevaluación de tus puntos fuertes y oportunidades para mejorar (¡un poco de programación neuro-lingüística!). Si no eres capaz de responder a la pregunta anterior de manera exitosa, no serás capaz de llevar a cabo esa tarea; y tampoco las subsiguientes.
Permíteme que vuelva a repetirme, porque en lo siguiente reside un gran secreto: nunca se trata de la repuesta; se trata de cómo llegas hasta ella. Y esto es cierto tanto en el Arte, como en una entrevista de trabajo.
Se trata de concerte. Y de ayudarte a que te conozcas a ti mismo.
Mantén tu propia práctica personal
Si llamas a mi puerta sin haber desarrollado una practica personal básica y saludable, lo más probable es que te anime a que lo hagas, y te invite a que vuelvas más adelante.
No espero que desarrolles una tesis doctoral sobre tu cosmovisión, teología, o que ofrezcas un extenso currículum en práctica mágica. Me importan poco en qué creas, siempre y cuando creas en algo. Y no me importa qué hayas hecho, siempre y cuando hayas hecho algo.
He aquí el segundo quid de la cuestión: el Arte no te va a proveer de fe o creencia, ni te va dar de comer con cuchara la parte práctica. No esperes fotocopias con contenido y exámenes tipo test al final. El Arte te ofrecerá herramientas y técnicas, un marco y estructura de trabajo, pero la actitud adecuada es algo que tiene que venir de ti.
Tendrás que averiguar las cosas por ti mismo, y tendrás que mostrar iniciativa para esforzarte e ir más allá. Si acabas uniéndote a un grupo, tu práctica personal e individual será más relevante que nunca.
Recuerda que «si aquello que buscáis no lo encontráis en vuestro interior, jamás lo encontraréis fuera».
Por supuesto, tus creencias y prácticas personales pueden cambiar con el tiempo; y lo más probable es que lo hagan. Nuevamente, no se trata de la creencia o práctica específicas, sino de la actitud.
Si lo que estás buscado es un sistema que te diga en qué tienes que creer, que te ofrezca 12 lecciones prácticas por cada grado de iniciación con actividades y deberes, para que no tengas que pensar por ti mismo, puede que el Arte Gardneriano no sea para ti.
Sé humilde
Aclaremos este aspecto desde el principio: nadie espera que te arrastres detrás de iniciados por el simple hecho de que pertenecen a un culto específico (algunos puede que los esperen, ¡pero eso dice mucho más de ellos que de ti! Esto iría en contra del punto mencionado anteriormente: en un Arte en el que la sensatez y la intención son esenciales, no hay lugar para aduladores.
Sin embargo, nadie gusta de un sabelotodo.
De modo que, si pasas más tiempo intentando explicarme cosas a mí del que yo paso intentando comprender qué piensas y aclarando dudas que puedas tener, algo no está funcionando.
Nuevamente, no se trata del conocimiento que tengas o dejes de tener; todos tenemos campos en los que nos distinguimos y que nos apasionan. Se trata de la actitud.
He aquí un tercer quid de la cuestión: si ya lo sabes todo, no tengo nada que ofrecerte.
En (muchas) ocasiones, la intención es buena: intentamos impresionar a alguien con quien queremos establecer una relación. Sin embargo, si esto nunca tiende a funcionar en una cita, o a la hora de intentar entablar amistad con alguien, créeme cuando digo que no es diferente a la hora de acercarse a un iniciado.
Del mismo modo, si eres Magnánimo y Excepcional Archisacerdote de un grupo, o un sendero Wicca diferente, asumiré que ya has encontrado tu camino.
Entiendo que hay varias «tradiciones» de Wicca modernas que no sólo permiten, sino que también animan a sus miembros a explorar otros senderos Wicca de forma paralela. Para mí esto no funciona. Bien eres un Buscador, o no lo eres.
Por supuesto, existen senderos espirituales y ocultistas que son, hasta cierto punto, compatibles con el sendero iniciático del Arte.
Investiga; saca partido de los recursos
Si me escribes un correo electrónico o una carta diciéndome que buscas iniciación y, al mismo tiempo, preguntándome qué es el Arte Gardneriano, y si puedes ser iniciado en línea, mi cerebro va a volver a desconectarse de forma inmediata.
Existen millares de libros y artículos sobre la Wicca Gardneriana. Evidentemente, existe la dicotomía que hemos mencionado más arriba «¿Cómo se supone que voy a aprender más sobre el Arte Gardneriano si es un culto mistérico?» Nadie espera que sepas exactamente en qué consiste la práctica. Pero sí espero que, como mínimo, hayas leído algo al respecto.
Si no tienes acceso a estos libros (poco probable hoy en día), o no hablas inglés, existen numerosas páginas web administradas por iniciados en español, italiano, alemán, ruso, francés, portugués o incluso finés. Yo mismo he traducido y escrito docenas de artículos en español que abarcan desde el más básico «¿Qué es el Arte Gardneriano?» hasta temas más complejos y específicos en torno a este.
He aquí un cuarto quid de la cuestión: si me contactas, a través de la misma página en la que esos artículos están publicados, sin la más mínima idea de qué es el Arte, asumiré que estás perdiendo el tiempo; tanto el tuyo como el mío.
Estos artículos no son algo arbitrario. Hemos invertido nuestro tiempo libre, adaptando los textos a una audiencia muy específica, con la intención de ayudar a esa audiencia a decidir si esto es algo en lo que les gustaría adentrarse más.
Hay increíbles perlas de sabiduría en esos artículos que, incluso a mi como iniciado, me ofrecen un mayor entendimiento en torno a aspectos del Arte y, más importante aún, sobre la visión de ese autor o grupo de iniciados en particular.
Asimismo, existen foros, grupos y otros espacios en los que puedes plantear preguntar iniciales mientras realizas tu estudio. Nosotros también invertimos tiempo en esos grupos ¡saca partido de ellos!
Se activo; involúcrate; acércate
Incluso habiendo tenido en cuenta todo lo anterior, querré conocerte más antes de comenzar cualquier entrenamiento pre-iniciatorio.
Por un sencillo motivo: si nos embarcamos en este viaje (o pre-viaje), ambos invertiremos una gran cantidad de tiempo. Y tanto tú como yo tenemos que estar seguros de que merece la pena.
Tienes que mostrar interés. Si estás realmente interesado, saldrá de forma natural. Cuando estás interesado en una persona, el hecho de querer pasar más tiempo con ella, conocerla y mantener el contacto surgen de forma natural. Si tienes que forzarte a ti mismo a hacer todo lo anterior, hay algo que no cuadra.
Muy a menudo me contacta gente que muestra un interés inicial y a los que suelo dirigir a nuestro grupo Facebook y animar a que sigan en contacto. Muchos de ellos nunca lo hacen.
He aquí el quinto quid de la cuestión: no voy a ir a llamar a tu puerta. Por directo que esto pueda sonar, eres tú quien quiero algo de mi, no al revés.
Si bien es cierto que esto normalmente evoluciona hasta convertirse en una relación saludable en la que ambos aprendemos y nos beneficiamos del otro; aún no hemos llegado a ese punto. En este momento eres un extraño llamando a mi puerta y pidiéndome que invierta en tiempo en ti.
Nuevamente, eso debería de salir de uno mismo de forma natural. Si no lo hace, no lo fuerces.
De tanto en tanto suelo organizar eventos y encuentros; intenta asistir. Publico artículos regularmente; intenta ofrecer tu visión y comentarios sobre ellos (si tiene algo que aportar), etc. Estos son sólo ejemplo.
En resumidas cuentas: estate presente.
Se realista; estate dispuesto
Ésta es especialmente cruda, pero, una vez has hecho todo lo anterior, has de ser realista. Si trabajas 50 horas a la semana, tienes dos hijos, y diriges tu círculo de lectura local, es posible que no sea el momento de comprometerte a algo más.
No hay nada de malo en ello. Y, por supuesto, no quiere decir que tengas que dejar de buscar. Enfócate en tu práctica personal y mantén el contacto (mira el apartado anterior). Puede que ahora no sea el momento adecuado, pero te abrirá puertas en el futuro. No dejes que esto te desanime.
He aquí el sexto quid de la cuestión: Si considero que es el momento correcto, intentaré hacerlo posible; pero tendrás que hacer sacrificios.
Cuando era estudiante ahorraba mis regalos de navidad y de cumpleaños para poder comprar vuelos y asistir a las reuniones de mi coven. Más tarde, cuando comencé con un trabajo a jornada completa y tenía los medios económicos, el esfuerzo era tener que viajar 10 horas el sábado y diez horas de vuelta el domingo, sólo para poder estar unas horas durante la noche para el entrenamiento y ritual con el coven.
No espero que todo el mundo haga lo mismo, pero si buscas un grupo en tu ciudad, y no estás dispuesto a coger un tren para viajar a la ciudad de al lado, no estoy dispuesto a acomodar esa preferencia.
Nuevamente, todos tenemos vidas y compromisos personales ¡y no seré yo quien te pida que dejes a tus hijos con un extraño durante varios días sólo para que puedas venir a las reuniones del coven! Siempre pueden hacerse concesiones. Pero uno ha de estar dispuesto a hacer pequeños sacrificios.
Presta atención a los detalles de comunicación
He visto a demasiados buscadores errar en este punto terriblemente a la hora de establecer contacto con iniciados y/o grupos. En la mayoría de casos, es genuina e inocente falta de familiaridad. Sin embargo, en otras ocasiones, es un intento de ser más astutos que el iniciado o el grupo; o simplemente una completa ausencia de modales o sentido común.
He aquí el séptimo quid de la cuestión: Sé sensato, y haz uso de tu sentido común. Y esto está muy relacionado con el primer punto.
Y algo más que has de saber: Los iniciados hablamos; hablamos entre nosotros. En serio; de forma constante.
Si has seguido todas las recomendaciones de este artículo, lo más probable es que hayas captado la atención de alguno de nosotros, e incluso que ya hayas establecido contacto y estés conversando con ellos. Por supuesto, siempre puedes (¡y muchas veces, debes!) explorar otras opciones. Sin embargo, es algo sobre lo que deberías de ser transparente; especialmente con el grupo en el que ya has iniciado la conversación.
Si has tenido algún problema en el pasado con algún otro grupo, también deberías mencionarlo.
Somos humanos, en ocasiones simplemente no nos llevamos bien porque nuestras personalidades no congenian. Es posible que el otro grupo no fuese el ideal para ti, y no hay ningún problema en ello. Lo único que tienes que recordar es ser directo a este respecto; porque, eventualmente, surgirá en una conversación entre iniciados.
Otro aspecto sutil que hay que tener en cuenta son los canales de comunicación.
Para explicarlo de forma simple: si vives en Chile (o en el Reino Unido, o en cualquier otro país), y me contactas interesado en entrenamiento, lo primero que voy a hacer es hablar con mis hermanos y hermanas de Chile para preguntarles por ti. A veces existen razones de peso y válidas para que alguien tome este tipo de decisiones a la hora de contactar personas. Por experiencia, la motivación detrás de este tipo de decisión, en la mayoría, de casos conlleva algo más.
Del mismo modo, si vives en Ecuador (o cualquier otro país), y tienes iniciados cercanos a los que contactar, deberías de contactar a esas personas (o persona) y sólo a esa persona; no a sus iniciadores en el Reino Unido (o cualquier otro país).
En primer lugar, es una gran falta de modales, y hará que empieces con muy mal pie, no sólo con las personas a las que estás omitiendo, sino también con muchas otras. Esencialmente estás haciendo de menos a aquellos individuos que sus iniciadores han considerado adecuados para transmitir la tradición en ese área.
Como en el caso anterior, existen situaciones en las que hay una razón valida para ello. En otras ocasiones (la gran mayoría), es una forma de intentar «saltarse» el juicio que los primeros iniciados que has contactado hayan podido emitir sobre ti.
En la mayoría de casos, no funcionará. Como ya hemos mencionado, los iniciados hablamos entre nosotros; constantemente. Lo más probable es que seas redirigido de vuelta a la persona inicial de contacto. Si funciona, habrás creado una generado una situación incómoda con tu coven local, y esa es una posición en la que nadie quiere encontrarse.
Todas estas son simples «normas de cortesía». Muy sutiles, pero cortesía, al fin y al cabo. Si tienes buenas intenciones ¡no deberías de tener ningún problema con ellas!
La conversación
Llegará un punto en el que hayas seguidos todos los pasos anteriores y, aún y todo, sientas que no avanzas. Has estado participando, manteniendo el contacto, acercándote, y te gusta lo que ves más que cuando comenzaste a explorar. Pero no sabes cómo continuar ¡o incluso empezar!
«¿Por qué no ha llegado la carta de Hogwarts?»
He aquí el octavo quid de la cuestión: Habla. No hay forma de que sepa qué pasa por tu cabeza.
Es muy posible que ya me haya percatado de tu interés y que, después de un tiempo, vea que has comenzado a dar los primeros pasos hacia ellos. Sin embargo, no seré yo quien te ofrezca ningún entrenamiento. Tienes que hablar y pedir las cosas.
¿Cómo? Con una simple conversación: «Hola, llevamos ya hablando un tiempo, y has estado aclarando mis dudas…he esta leyendo aquí y allá…y esto es lo que pienso ahora mismo…estas son mis expectativas… ¿cómo puedo/podemos hacerlo posible?»
Véndete como lo harías en una entrevista. Si existen desafíos (por ejemplo, la distancia, tus horarios…), muéstrame que ya has pensado sobre ellos y que tiene soluciones para mitigarlos.
El escenario más probable, sobre todo si hemos estado interactuando de forma agradable por un tiempo, es que yo ya esté esperando esta conversación, y que también haya pensado sobre ello.
No tengas miedo de preguntar. Lo peor que puede pasar es que recibas una negativa.
Todo va a salir bien
Incluso en el peor de los casos, en el que recibas una negativa, lo más probable es que nunca sea — sólo — una negativa. Si has seguido todos los pasos anteriores, lo más probable es que ya tengamos una relación saludable a estas alturas, y que nos conozcamos un poco.
Por ese mismo motivo, si la respuesta es negativa, te haré saber por qué. En la gran mayoría de casos también seré capaz de ofrecerte consejo. Puede que no sea el momento perfecto. Puede que te vea mejor en otro grupo o sendero. Llegados a este punto es posible que hallamos creado la base de una amistad, y puede que te recomiende directamente a otro grupo. ¡Es por ello por lo que es importante ser siempre cordial! Aunque no acabes en ese grupo determinado, siempre pueden abrirte puertas a otros. Nunca se tienen demasiadas amistades.
Todo lo anterior puede parece mucho (3.400 caracteres de mucho, para ser exactos), pero todo se reduce al primer punto: sé honesto; sé amable.
De mano de la honestidad viene la habilidad de ser humildes y de saber qué buscamos, y por qué lo buscamos. El resto, es una cuestión de buenas formas y sentido común.
Si bien la iniciación es, sin lugar a dudas, un privilegio (y no un derecho), mi deber como Sumo Sacerdote no es determinar si eres «digno» de ella; ¡si es que existe tal cosa!
Mi deber es determinar si éste es el sendero correcto para ti en este momento. Evitar que pases por alto otras oportunidades que se ajustan mucho más a tus necesidades actuales y salta por defecto al Arte Gardneriano porque suena guachi.
Y créeme cuando digo que no es algo que me haga feliz. Pero, de no hacerlo, estaría haciéndote un flaco favor.
Sin embargo, si todo encaja y el momento es el correcto, estaré más que encantado de guiarte en tu sendero como Buscador; lleve a donde lleve ese sendero.
1 comentario
Ya leí toda la información de esta rama, y me pareció interesante se que no será fácil mi travesía pero tampoco creo que sea difícil poder intentarlo.
Yo creo en la posibilidad.